Tu mágica voz cobró especial vida
y pareció que la novela la vivía desde adentro.
Un bosque y la bruma cubría
hasta entonces cada verso.
Tú no naciste aquí.
Te guardaste en el cajón de mis sueños
y del polvo resurges.
Sea éste el momento.
Tu voz no proviene de ti.
Tu voz viene de mucho más lejos,
donde los tiempos no urgen
y la poesía es el centro.
Conozco tus manos.
Espero sin apremio
tu caricia ligera,
por momentos de fuego.
Vienes desde más allá de ti,
de un sitio más hondo e inmenso,
de un cielo sin nubes
y un corazón apasionado y entero.
Te conozco.
Podría dibujarte si quiero.
Vienes de la misma región de hadas
donde perdí alguna vez el sendero.
Que tu voz me devuelve
de la magia lo eterno.
Que tus ojos me llaman
para decirme: "te quiero".
Que vengo de un lugar que conoces
aunque no te sea recuerdo.
Y has venido para hacer de la noche infinita
amaneceres sin tiempo.
y pareció que la novela la vivía desde adentro.
Un bosque y la bruma cubría
hasta entonces cada verso.
Tú no naciste aquí.
Te guardaste en el cajón de mis sueños
y del polvo resurges.
Sea éste el momento.
Tu voz no proviene de ti.
Tu voz viene de mucho más lejos,
donde los tiempos no urgen
y la poesía es el centro.
Conozco tus manos.
Espero sin apremio
tu caricia ligera,
por momentos de fuego.
Vienes desde más allá de ti,
de un sitio más hondo e inmenso,
de un cielo sin nubes
y un corazón apasionado y entero.
Te conozco.
Podría dibujarte si quiero.
Vienes de la misma región de hadas
donde perdí alguna vez el sendero.
Que tu voz me devuelve
de la magia lo eterno.
Que tus ojos me llaman
para decirme: "te quiero".
Que vengo de un lugar que conoces
aunque no te sea recuerdo.
Y has venido para hacer de la noche infinita
amaneceres sin tiempo.
© Laura S. Schapira
Todos los derechos reservados
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