El mundo se devoraba
en una inacabable vorágine hacia el vacío.
Limitado de pobrezas
pero carente de carencias
con la voluntad hecha de fuego
y el dolor hecho cadencia
miróse hacia adentro
otra vez y como siempre.
Y el fénix estalló en llamas
y dijo: yo de ésta voy a salir!
© Laura S. Schapira
Todos los derechos reservados
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