Tu nombre resuena en los más arcanos laberintos de mi alma,
de mi mente, de mi cuerpo.
Tu nombre resuena con resonancias nunca oídas. Tu nombre no es cualquiera.
de mi mente, de mi cuerpo.
Tu nombre resuena con resonancias nunca oídas. Tu nombre no es cualquiera.
Como un estigma en mi camino quedó grabado por los tiempos.
Tu nombre me lleva a alegrías desconocidas.
Tu nombre en mi camino me inunda la sangre de cosas nuevas,
me arde en el alma y en besos me quema.
Construímos algo juntos. Con un poco de ti, un poco de mí,
un poco de amapolas, jazmines y estrellas...
y también un poco de acero para que perdure en los tiempos.
Tu nombre construyó en mi morada jardines perpetuos.
Por eso te quiero.
Por eso me despiertas una inmensa ternura si te pienso.
Cuando tu mirada tocó el lugar más hondo de mi alma,
tu alma se anidó entre mis venas.
Y en el templo nacarado de mis calientes entrañas
alcanzó mis deseos tu mano de seda.
Como una virgen en llamas. Así para ti:
tierra virgen, cielo virgen, donde construíste conmigo,
sueña que sueña, una casa de soles redondos y amarillos
bordeados de fresias.
Y tú que conoces de otros jardines,
nunca habías sembrado de flores montañas, más cerca del Cielo.
Que mis jardines no son de llanuras mansas.
Son de quebradas bravías y rocas guerreras.
A mis jardines... no llega cualquiera.
Estás aquí. Tu nombre de fuego me quema la ausencia.
Tu nombre resuena en mis montañas y puebla de verde mis laderas.
© Laura S. Schapira
Todos los derechos reservados
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