Mis llagadas plantas ya casi no duelen
de tanto caminar y caminarse,
cuando de abrojos se siembran los caminos
y la paz parece no existir en el paisaje.
Y a fuerza de ser duro, yo resisto,
a fuerza de querer, desesperarse.
Cuando de tantas muertes no se muere,
se vive eternamente entre las aves.
Y aún cuando todo en mí se pueble
de las fieras del abismo más salvaje,
llagada estoy y no me rindo:
reirán conmigo los dioses del Olimpo
porque todo en mí hoy es un puente
hacia mí y por encima del combate.
de tanto caminar y caminarse,
cuando de abrojos se siembran los caminos
y la paz parece no existir en el paisaje.
Y a fuerza de ser duro, yo resisto,
a fuerza de querer, desesperarse.
Cuando de tantas muertes no se muere,
se vive eternamente entre las aves.
Y aún cuando todo en mí se pueble
de las fieras del abismo más salvaje,
llagada estoy y no me rindo:
reirán conmigo los dioses del Olimpo
porque todo en mí hoy es un puente
hacia mí y por encima del combate.
© Laura S. Schapira
Todos los derechos reservados
Todos los derechos reservados
-
No hay comentarios:
Publicar un comentario