
Vengo con dagas en las manos
a clavarte en la memoria estas ganas
que no olvidan, que no cesan
que pugnan por amarrarte si pudieran
a la cama más roja y más augusta
que jamas se ha concebido
y estás ahí, contra todas las ausencias
con el recuerdo votivo de lo que es y lo que fuera
No te dejaré olvidar el grito.
No te dejaré.
Clavada en tu mente, en tu alma y en tu cuerpo
que no me dejan
olvidarte si quisiera.
Vengo con rosas en las manos
a acuchillarte sin mí cada minuto, cada hora,
que tus manos, que tu piel, que tus raíces
nunca podrian germinar en otra tierra.
Vengo con tus raíces en mis manos
el olor húmedo a tierra fresca.
que no olvidan, que no cesan
que pugnan por amarrarte si pudieran
a la cama más roja y más augusta
que jamas se ha concebido
y estás ahí, contra todas las ausencias
con el recuerdo votivo de lo que es y lo que fuera
No te dejaré olvidar el grito.
No te dejaré.
Clavada en tu mente, en tu alma y en tu cuerpo
que no me dejan
olvidarte si quisiera.
Vengo con rosas en las manos
a acuchillarte sin mí cada minuto, cada hora,
que tus manos, que tu piel, que tus raíces
nunca podrian germinar en otra tierra.
Vengo con tus raíces en mis manos
el olor húmedo a tierra fresca.
© Laura S.Schapira
Todos los derechos reservados
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