Vienes por mi casa
a regarla con tu cálida sonrisa.
Y dejas en ella tanta huella
que en todo sitio estás presente:
no sólo mi sábanas
tienen tanto olor a vos...
Tu voz en el contestador
atiende el teléfono
cuando me llaman a mí,
cuando te llaman a vos...
Domicilio ilegal, dijo entre risas mi amiga
al escuchar que alguien preguntaba por vos.
Domicilio ilegal,
-que ésta no es la casa en que vives
ni es éste tu apartado postal-.
Domicilio ilegal...-me quedé pensando.
Pasas aquí tus mejores horas.
-¿Es éste tu domicilio ilegal?-
Si cuando abro la puerta
me miras y dices
“hogar, dulce hogar”,
como si fuera ésta tu casa,
yo fuera tu esposa y éste el lugar.
Domicilio ilegal...-me quedé pensando.
Pero...decíme una cosa:
¿Es ilegal estar con quien se ama?
¿Hace falta realmente una libreta
o soy yo tu mujer
hoy mucho más que cualquier otra?
Que por algo te llaman a mi casa
-mucho más que a tu “domicilio legal”-.
Domicilio ilegal...-y fue una broma.
Pero decíme -para saber, por si me preguntan-:
¿falta mucho para que lo hagamos “legal” ?
© Laura S. Schapira
Todos los derechos reservados
Todos los derechos reservados
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario