No te vayas...Sabés que no es un ruego.
¿Pero quién podría abrazarte cuando dormís
y despertarte a la mañana con un beso?
No te vayas...Jamás fue una exigencia.
¿Pero quién podría escribirte los más bellos poemas,
y decirte -como yo te lo digo- un te quiero?
No te vayas...Si tenés tan pocas ganas,
si te gusta mi casa y si al separarte
te duele hasta el cuerpo.
No te vayas...No es un pedido.
¿Pero a quién le confesarías
tus más hondos secretos?
No te vayas...No te vayas nunca de mi alma,
de mi cerebro, de mi cuerpo, de mi vida,
de mi casa. No te vayas nunca. No te vayas...
© Laura S. Schapira
Todos los derechos reservados
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