Se me ha clavado en el alma tu mirada de fuego.
En mi corazón echaron raíces profundas y hondas
tus sonrientes y dulces, ardientes ojos negros.
Que surgieron palabras nuevas de mi boca
cuando me hundí yo en tus ojos y emergí yo a tus besos.
Se me han clavado en el alma tus ojos de fuego
y en mis entrañas amarraron sus barcos
con sus anclas doradas de pasiones sin tiempo.
Como un estigma, tu alma en mi alma,
como un estigma en mi sangre, tu nombre de fuego.
© Laura S. Schapira
Todos los derechos reservados
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